viernes, 24 de julio de 2020

¿Porqué no logro lo que me propongo?

¿Te ha pasado que tienes mucho ánimo de hacer algo nuevo, un  negocio, una relación, un estilo de vida... Planeas con tiempo + dedicación, empiezas con gran entusiasmo, seguro de que todo saldrá de maravilla y con grandes expectativas, todo va razonablemente bien, aunque no está siendo tan sencillo y de pronto pasa algo que te frena, te desanima y quieres renunciar? 




Lo que te paraliza e inclusive te hace renunciar, cambiar de dirección o huir se llama MIEDO, aunque generalmente no lo reconoces como tal y al no reconocerlo, te das un sinfín de explicaciones como  que la economía está en recesión, o que tu nueva relación no es tan disponible como quisieras o que por más ejercicio que haces no ves resultados o que no estás tan seguro... Estas explicaciones son el diálogo interno que te "da permiso" a no seguir intentando, a permanecer en tu zona de confort, a decirle que NO a tus sueños.

El miedo es una emoción que surge cuando estás frente a algo y crees que no tienes los recursos para enfrentarlo, quizá por experiencias previas o simplemente porque en verdad no encuentras los recursos para seguir con el esfuerzo y esto es debido a que estás colocado en una posición en la que los recursos quedan dentro de un punto ciego y no los puedes ver.


El miedo nos hace pequeños, incapaces, incompetentes o frágiles y en nuestra mente vemos el reto de un tamaño desproporcional a nosotros mismos, así que ante esta situación no podemos mas que quedar petrificados,  salir corriendo o defendernos. O bien cambiar la forma en que estamos percibiendo todo. 

El problema con el miedo, es que sueles comprobar que tenías razón al tenerlo porque se hace realidad aquello que temías, pero lo que no ves es que tu mismo, al quedar paralizado, huir o defenderte eres tu mismo quien está provocando que suceda.

Antes de renunciar, tómate un momento, tan largo como sea necesario, para reconocer que lo que estás sintiendo es miedo y después analizar a qué le estás teniendo miedo. Para eso es importante que hagas un ejercicio de auto conocimiento. Esa sensación puede surgir, como lo dijimos antes, de experiencias pasadas, inclusive desde la infancia, situaciones en las que los resultados no fueron los esperados y te generaron un sentimiento que no quisieras experimentar de nuevo. También pueden ser experiencias que viste en alguien más inclusive alguna película o hasta de tu imaginación y no quisieras vivir.  Ya que has comprendido de dónde te viene el miedo. Recuerda o replantea tu objetivo ¿Para qué quieres lograr lo que quieres lograr? ¿Para qué quieres que esa relación funcione? ¿Qué sería posible si ese negocio saliera bien? ¿Qué pasaría si lograras ese estilo de vida que estas buscando?...

Ya  que has dimensionado tus para que´s, estás listo para encontrar las posibilidades que te harán enfrentar aquello a lo que le temes y accionar, LOGRANDO ASÍ LO QUE TE HAS PROPUESTO.